martes, 31 de diciembre de 2013

Fiesta de fin de año

¿Cuándo se celebra?

El Día de Fin de Año o Día de Año Viejo o el Día de Noche vieja se celebra todos los años el 31 de diciembre. Se trata de un día en el que las personas celebran el fin de año y reciben al nuevo año con alegría.
En Argentina, la noche de Año Nuevo se celebra con una cena que reúne familiares y amigos. Los platos tradicionales son el asado Argentino, o platos fríos como el vitel tonne, la pavita rellena, sándwich de miga y piononos. Como postre, el pan dulce, turrones,frutas secas, mantecol y postres helados.
A la medianoche, se brinda con sidra o champán y, sobre todo en los barrios, se suele salir a la calle a tirar pirotecnia y brindar con los vecinos. En la madrugada, después de los festejos familiares, es común que los jóvenes acudan a fiestas para celebrar el nuevo año. Las discotecas y las calles de los centros turísticos se colman de personas hasta el amanecer. Se suelen realizar fiestas en las calles, en todos los puntos del país; se cortan las mismas para el tránsito y se sacan parlantes desde las casas.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

25 de Diciembre se celebra Navidad

Significado de la Navidad:    Esta fiesta tiene una doble proyección:

  • Recordar el inicio de la redención con el Nacimiento del Salvador, el misterio central de nuestra fe es la Resurrección de Cristo –la Pascua- como este suceso abarca toda la vida de Jesús, celebrar la Navidad es solemnizar el proceso inicial de nuestra salvación, de nuestra Pascua.

  • Acoger ahora al Señor que quiere nacer en el corazón del hombre. La fiesta de Navidad invita a reflexionar sobre el amor de Dios que viene a los hombres. El Cristo que tomó parte en la historia de los hombres, hace dos mil años, vive y continúa su misión salvadora dentro de la misma historia humana. Navidad es un acontecimiento divino y humano, que será siempre actual, mientras haya un hombre en la tierra.

La Navidad enriquece la visión del plan salvífico de Dios y lo hace más humano y, en cierto sentido, más hogareño. Aunque esta fiesta apunta también a la celebración de la Pascua, la preparación para vivirla –el Adviento- tiene un tono muy diferente, sin dejar de invitarnos al arrepentimiento y a la conversión, el ambiente que se vive en estos días, es en general, festivo y lleno de esperanza y alegría.

La Navidad es la fiesta más celebrada por los hombres. Hasta los ateos y los enemigos de la Iglesia se detienen y celebran, a su manera, este acontecimiento de salvación. Es el recuerdo más universal y más gustado que el mundo tiene de Jesucristo. Pero, además de ser un recuerdo, la fiesta de Navidad es una acción salvadora para el hombre actual. Es el Dios inmenso y eterno que desciende a tomar la condición humana e irrumpe en el tiempo del hombre para que éste pueda alcanzarlo. Nadie, aunque quiera, puede permanecer al margen de este misterio. El mundo entero acepta el acontecimiento del nacimiento del Señor,como la fecha central de la historia de la humanidad: antes de Cristo, o después de Cristo.

Celebración litúrgica:   La celebración del misterio de Navidad comienza desde la tarde del 24 de diciembre, hasta la noche del día 25. En menos de 24 horas, la Iglesia proporciona a quienes quieren celebrar la venida del Señor, 12 lecturas bíblicas llenas de mensaje para una vida comprometida.


domingo, 8 de diciembre de 2013

8 de diciembre Día de la Inmaculada Concepción

La Virgen María, hija de San Joaquín y Santa Ana, fue concebida sin la mancha del pecado original, como divino don a quien estaba predestinada a ser la Madre de Jesús.
Cuando hablamos de concepción, hablamos del instante mismo en que comienza la vida humana, el preciso momento en que empieza a existir una persona en el seno materno. A partir de esta primera definición, seguramente muchos pensarán que la celebración de la Inmaculada Concepción se refiere al instante en que comenzó la vida de Jesús. Pero no es así. Cuando hablamos de la Inmaculada Concepción nos referimos al instante en el que María comenzó a existir en el vientre de su madre Santa Ana. Según la doctrina de la Iglesia Católica, Santa María quedó preservada de toda culpa, pues desde el primer instante en que fue constituida como persona, lo fue inmune de toda mancha de pecado, al igual que luego su hijo Jesús.
Esto implica la ausencia total de pecado por siempre en su alma, y su plenitud de santidad por estar llena de gracia. Por ello es que oramos: “Dios te salve María, llena eres de gracia”, y en el mismo sentido se refieren los cánticos a jesús que dicen "...que nació en un portal, de la Virgen concebida sin pecado original". La "Purísima Concepción" es un altísimo privilegio, un don concedido sólo a la Virgen, quien había sido predestinada para ser la Madre de Dios.
El 8 de diciembre de 1854, por medio de la Bula Ineffabilis Deus, el Papa Pío IX declaró el Dogma de la Inmaculada Concepción de María: “Declaramos, proclamamos y definimos que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente y en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano. Esta doctrina está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles.”
Es dogma de fe que el pecado original se transmite a todos los hombres por generación natural, de tal modo que todos son concebidos en pecado. Pero María fue el primer ser humano desde Adán y Eva que nació sin esta mancha. En consecuencia, había en Ella ausencia total de inclinación al mal, y por ende hay que negar en María aún la menor imperfección moral: siempre tuvo la perfecta subordinación a Dios, sus juicios fueron siempre rectos y su voluntad estuvo siempre orientada al bien verdadero, ya que tenía un altísimo grado de gracia y de caridad, que inclina con tanta fuerza el alma hacia el amor de Dios, que la aparta del pecado.