Argentina celebra hoy 30 años de la Recuperación de la Democracia.
Este día es muy importante para todos los ciudadanos de nuestro país, o
mas bien así debería ser. Esto se celebra el 30 de octubre de cada año. Se
trata de un día en el que Argentina consiguió de nuevo la democracia que
años antes de alguna forma habían perdido.
Se celebra este día debido a que el 30 de octubre de 1983, tras la derrota
del gobierno constitucional, fue nombrado presidente Raúl Ricardo
Alfonsín. Él fue el primero en vencer a peronismo. Tras su nombramiento
es célebre la siguiente frase del primer discurso, "El pueblo unido jamás
será vencido".
Alfonsín fue capaz de sentar las bases de la democracia en Argentina
aunque la situación económica, social y militar no era nada fácil. Desde ese
momento y hasta nuestros días, nuestro país vive en democracia.
En la actualidad los objetivos de la democracia deben encaminarse al
acceso de todos los ciudadanos, a vivir de una manera digna con todos los
derechos que la ampara.
La democracia es una doctrina socio-política, una forma de organización
del Estado, en la cual las decisiones son votadas y aceptadas por el pueblo
mediante mecanismos de participación y de votación. En la democracia
se garantiza una forma de convivencia social en la que los ciudadanos son
libres en su elección. El individuo, por el hecho de ser persona, debe
participar en el gobierno de la comunidad a la que pertenece.
Nuestro país tiene este particular y ventajoso estilo de democracia directa
en la cal precisamente las decisiones son tomadas y votadas directamente
por el pueblo en el que cae la responsabilidad de elección.
Argentina vivió siete años tras el último golpe de Estado de: sufrimiento,
decadencia, hambre, etc.
“La libertad de poder elegir sigue siendo uno de los pilares más
importantes para los ciudadanos que se han visto sometidos por otros
pueblos. Gracias a esa libertad los pueblos pueden crecer y desarrollarse
para conseguir ser un país sólido en el mundo.”
Desde la elección de Raúl Alfonsín como presidente tras la tragedia de
la última dictadura. Una fecha que revalida la defensa de la política y
la ciudadanía.
Por Fernando Alonso, Director Periodístico de BAE:
”El valor de la democracia lo absorbí en la familia como la importancia
del respeto al individuo como parte de lo colectivo, desde siempre, tanto
que a los 9 años viví desde adentro mi primera campaña electoral en los
convulsionados años ’70. Recuerdo atender a ciudadanos que concurrían a
los locales partidarios para algo que ahora se resuelve con un mensajito de
texto, averiguar la mesa y lugar de votación. Recuerdo largas caminatas por
las calles del barrio repartiendo puerta a puerta los sobres perfectamente
identificados en un arduo trabajo previo. Recuerdo ir de la mano de mi
padre a mis primeros actos políticos.
Probablemente el compromiso familiar con la política hizo que llegados
los oscuros años de la dictadura viviera una pre adolescencia marcada
por los extremados cuidados: dónde iba, a qué hora regresaba, cómo me
movilizaba. No tuvimos que salir del país ni vivir en la clandestinidad,
como soportó una generación, pero aprendí a tomar recaudos que otros
chicos de mi edad no entendían.
Discutir de política y economía en el principio de los ’80, en locales a
puertas y ventanas cerradas, disfrazados de bibliotecas o centro culturales
me fue dando el contenido ideológico a esa prematura militancia,
alimentada en las marchas de la Multipartidaria, la expresión conjunta de
los partidos políticos que me llevó por primera vez a la Plaza en marzo
de 1982 y a conocer la asfixia que provocan los gases lacrimógenos. Una
Plaza, La Plaza, La Histórica Plaza que volví a pisar imposible recordar
cuántas veces, para reclamar y para festejar. En las buenas y en las malas.
Y entre tantas visitas llegó el 30 de octubre de 1983. Ya había terminado
la secundaria y puesto en el freezer la carrera universitaria. Ya había
presenciado cientos de actos y recorrido decenas de pueblos, así se
denominaban sin importar si tenían 1.000 o 100.000 habitantes, llevando
el debate político y colaborando en el armado de estructuras partidarias
congeladas durante los años de la peor dictadura vivida en la Argentina.
Ese 30 de octubre me tocó actuar de fiscal general en mi pueblo. Recorrí
todos los locales de votación y sentí, ahora lo asimilo, un gran orgullo
de ser parte de ese día histórico. Como en las jornadas de Semana Santa
del ’87 o en diciembre del ’90, cuando la ganamos la calle para defenderla
Ahora, a treinta años de aquellos días, la democracia no se discute. Ni
aún, y esto fue el gran crecimiento cívico del país, cuando las diferencias
políticas o los fracasos de gobiernos llevan a crisis que aprendimos a
resolver dentro de las instituciones. Nunca más, y es el consenso nacional,
golpear las puertas de cuarteles.”