El Otoño es una de las estaciones del año. Astronómicamente, comienza en el equinoccio de otoño (20 o 21 de marzo en el hemisferio sur y 22 o 23 de septiembre en el hemisferio norte), y termina en el solsticio de invierno (alrededor del 21 de junio en el hemisferio sur y del 21 de diciembre en el hemisferio norte).
Sin embargo, a veces es considerado como los meses enteros de marzo, abril y mayo en el hemisferio sur y de septiembre, octubre y noviembre en el hemisferio norte.
En ambos hemisferios, el otoño es la estación de las cosechas de, por ejemplo, el maíz y el girasol.
En la literatura el otoño, en sentido figurado, representa la madurez. Durante el otoño, las hojas de los árboles cambian y su color verde se vuelve amarillento, hasta que se secan y caen ayudadas por el viento que sopla con mayor fuerza. Desde esta estación la temperatura comienza a ser un poco fría.
El Otoño Se Acerca
El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.
Ángel González
Sin embargo, a veces es considerado como los meses enteros de marzo, abril y mayo en el hemisferio sur y de septiembre, octubre y noviembre en el hemisferio norte.
En ambos hemisferios, el otoño es la estación de las cosechas de, por ejemplo, el maíz y el girasol.
En la literatura el otoño, en sentido figurado, representa la madurez. Durante el otoño, las hojas de los árboles cambian y su color verde se vuelve amarillento, hasta que se secan y caen ayudadas por el viento que sopla con mayor fuerza. Desde esta estación la temperatura comienza a ser un poco fría.
El Otoño Se Acerca
El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.
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