sábado, 9 de julio de 2011

Festejo del 9 de julio

Palabras alusivas
En estas horas dirigimos nuestra mirada hacia Tucumán, cuna de nuestra independencia. Momento histórico que nos proyectó al mundo como país libre.
Argentina es nuestra Patria y tiene ya su historia entretejida de luces y sombras, esperanzas y desilusiones, triunfos y lágrimas… páginas de heroísmos y mezquindades.
La Patria no puede olvidar a las etnias milenarias, arrinconadas hoy al pie de los Andes imponentes o guarecidos de montes y esteros, abrazados a sus leyendas.
La Patria encierra el coraje de esos varones y mujeres que vinieron de lejos, que se fusionaron con los naturales, creando una raza mestiza, con valores autóctonos, con una cultura que han asimilado recíprocamente.
La Patria es el recuerdo venerado de esos hombres que nos legaron con la independencia, el símbolo azul y blanco, inconfundible ante el rostro del mundo.
Patria es el paisaje interminable, con su proyección de mar y cielo, tierra de montañas, ríos y bosques… Patria bendecida por todos los climas, con sus riquezas naturales inagotables.
La Patria se fortalece en las acciones solidarias de investigadores y científicos. Patria es la juventud que con seriedad se prepara para el mañana, aceptando respetuosamente lo positivo que le ofrecen los mayores. Patria hace el que defiende la justicia, el que gobierna sin ambiciones personales y fiel a su juramento se desvive por sus hermanos.
La Patria es trabajo, es vivienda, es medicina, es educación, es comunicación respetuosa y verás. La Patria existe cuando se busca el bien común, sin segundas intenciones. Hacemos Patria cuando actuamos con fe en Dios que nos confió un territorio excepcional, pero que debemos cultivar y que dará sus frutos al compás de nuestro esfuerzo. La Patria pide respeto por la vida y los bienes del prójimo.
De visita en Tucumán, en 1987, así nos animaba nuestro recordado Papa Juan Pablo II: “Creced en Cristo. Amad a Vuestra Patria. Cumplid con vuestros deberes profesionales, familiares y de ciudadanos con competencia y movidos por vuestra condición de hijos adoptivos de Dios”.
También Monseñor Zaspe les hablaba así a los jóvenes santafecinos: “Bienaventurada la Patria que cuenta con una juventud recreada en Cristo, porque renovará su cultura, sus valores, sus instituciones, sus cuadros sociales, sus líneas de pensamiento, sus fuentes inspiradoras y sus modelos de vida, y recuperará así, su identidad nacional y cristiana”.
Que Ntra. Sra. De Luján, patrona de nuestra Patria, los inspire, proteja e impulse a buscar el camino de la unidad y solidaridad con todos, por encima de las lógicas diferencias. Gracias.

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