La celebración de la festividad del Santo Patrono forma parte de la
memoria intangible de los santafesinos, festividad que en los últimos
años fue olvidándose para ser un feriado más.
Por ese motivo, la secretaría de Cultura de la provincia pretende rescatar d
el
olvido al custodio de Santa Fe acercando a la ciudadanía a sus
orígenes, haciéndola partícipe del sostenimiento de una memoria viva y
del resguardo de su patrimonio.
LA ELECCIÓN DEL PATRONO DE LA CIUDAD
Investigaciones
históricas recientes revelan que no existen documentos que precisen la
oportunidad y la fecha en que San Jerónimo fuera señalado Santo Patrono
de Santa Fe, y flota en el aire la presunción que en actas perdidas del
Cabildo puedan haberse consignado tales datos. Aún más: documentos de
investigadores santafesinos consignan la factibilidad que la elección
del Patrono surgiera de un sorteo, modalidad habitual para la época,
donde se preparaban cédulas para que el azar decidiese a cuál Santo
encomendar la protección de la ciudad.
La
primera noticia que se posee sobre la celebración de la fiesta de San
Jerónimo, la registra el acta Capitular del 16 de septiembre de 1590.
Para esa fecha –en que la ciudad aún no poseía la Iglesia Mayor- los
Regidores acordaron hacer todas las cosas necesarias para regocijar la
fiesta del Patrono San Jerónimo.
El suceso lo
presidió el Alférez Real (representante del Rey), entre una muchedumbre
convocada oportunamente por el Cabildo, a través de pregoneros que
invitaban desde días antes.
La celebración
incluía la realización de corridas de toros con puyas -acto que
organizaba el Mayordomo de la ciudad-, la santa misa, el paseo solemne
del estandarte real y la salida procesional del Santo, parte de los
oficios. Y todos los 30 de septiembre se renovaban los rituales.